Hay que combatir la COVID-19 desde todos los frentes posibles. Y la energía digital, o eHealth, es una de las herramientas más prometedoras.
La mayoria de los bots emplean técnicas avanzadas de inteligencia artificial para alcanzar comprender lo que dice el consumidor y responder correctamente. Seguro que habrá utilizado más de 1 alguna vez, según por ejemplo Alexa, Siri o ©Google Assistant. Se calcula que un 80 % de empresas utiliza ya algún tipo de bot.
Estos robots son capaces de sudar para no sobrecalentarse
Un bot entrenado con entendimientos sobre el coronavirus podría actuar según inicial línea de colisión contra la pandemia y ayudar a evitar el peligro de colapso del sistema sanitario. Si los habitantes poseen un canal para solucionar sus dudas sobre, por ejemplo, los síntomas de la COVID-19 sin llamar a los móviles de emergencias o acercarse a un centro de salud, las líneas telefónicas y los expertos médicos estarán disponibles para tratar los casos urgentes.
Chatbots oficiales
Poco a poco, van surgiendo chatbots relacionados con la COVID-19. Entre los oficiales, destacan el de la Organización Mundial de la Salud, el del Gobierno de España así según los desarrollados por algunas comunidades.
La mayoria están disponibles en WhatsApp, en ©Facebook ©Messenger y alguna otra aplicación de mensajería. Algunos se limitan a la parte más médica de la pandemia, durantes otros (más útiles) incluyen también indagación práctica sobre cómo comportarse (por ejemplo, con reglas de lo que se puede proceder mientra el confinamiento).
En todos los casos su uso es muy sencillo. Una vez añadido el contacto del chatbot pudimos iniciar una charla con él. Si no conocemos por dónde empezar, normalmente se le puede consultar en qué nos puede ayudar y nos dará la registro de casos que puede tratar.
Pero todavía falta para el bot ideal
Ya hemos dicho el valioso papel que pueden desempeñar los bots en el control de la pandemia. Y los que acabamos de ver son un primer paso en esa dirección. Un paso todavía chico y con un golpe real limitado, aunque esto es comprensible dada la velocidad con la que se han tenido que crear.
Como la COVID-19 parece que se va a quedar con vosotros un tiempo (o va a regrese o vendrán nuevas pandemias), resulta oportuno poner sobre la mesa unos aspectos a tener en suma para la futura generacion de chatbots.
- En la registro de bots oficiales no hay ninguno que trabaje con la voz. Recordemos que la COVID-19 daña sobretodo a los mayores y otros colectivos vulnerables. No todos ellos se manejan bien con ©WhatsApp y posiblemente prefieran conversar anteriormente que teclear.
- Por esta misma razón, el bot tiene que estar incorporado en el sistema de emergencias público. De manera que cuando la gente preocupada llame al 112 (y recordemos que en los primeros días de la crisis, las llamadas se multiplicaron), un bot pueda ocuparse de las consultas básicas y se reserve los expertos para todas las llamadas urgentes.
- Además, necesitamos una transparencia máxima. Tanto en lo que respecta a la innovación del bot según a su uso. Al ser un tema muy sensible, es mejor que todo el que quiera pueda examinar la definición del bot para asegurarse de que, por ejemplo, no se guardan datos individuales al interactuar con el programa. Mucho mejor todavía si el bot se crea con una plataforma de chatbots de software libre, según la plataforma Xatkit de la UOC.
- Nuestros entendimientos sobre la COVID-19 evolucionan muy rápidamente. Y con ellos, las sugerencias a los habitantes y el tipo de preocupaciones que estos expresan. El bot tiene que actualizarse siempre y para eso tiene que ser fácilmente adaptable y configurable.
- La flexiblidad, unida a la transparencia, permite también que el bot sea reutilizable. No es indispensable que cada estado u preparación que quiera transmitir un chatbot para su ambiente local tenga que iniciar de cero. Mucho mejor si el bot puede tener una base de conciencia comun que se pueda importar y refinar rápidamente. Así, cuando venga la próxima ola, podremos reaccionar demasiado más rápido.
- Aunque de insuficiente sirve lo previo si al fin la calidad del bot es pobre. Un tema en el qué estamos laborando activamente es en el progreso de metodologías para probar y diagnosticar los chatbots para asegurar que se comportan según estaba previsto.
¿Nos ponemos a ello?
Una respuesta para promover el progreso de estos programas sería que el Gobierno lanzase una iniciativa transparente para el progreso colaborativo de un bot anti-COVID utilizando una plataforma de software libre. De esta forma, cualquier individuo podría contribuir a mejorarlo.
Por ejemplo, un habitante de a pie podría sugerir nuevas consultas que le gustaría que el bot supiera contestar. Científicos y médicos podrían arreglar las respuestas. Profesionales con un perfil técnico podrían inventar herramientas que importaran datos públicos para enriquecer el conciencia del bot y un largo etcétera. Así que, ¿empezamos?
Jordi Cabot, Profesor Investigador ICREA en el ©Internet Interdisciplinary Institute, UOC – Universitat Oberta de Catalunya
Este artículo fue notificado originalmente en The Conversation. Lea el original.
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