Como dice la poeta María Sánchez en Cuaderno de Campo, “algo así tiene que ser el hogar: oír fandangos durantes las ovejas van tras sus corderos, rebuscar con los dedos las raíces, ofrecer a los tubérculos los tobillos”. Hoy venimos a conversar de soberanía alimentaria de la mano de Lucía López Marco, responsable del blog Mallata y técnica de averiguación en planes europeos de averiguación en el Instituto Agronómico Mediterráneo de Zaragoza (IAMZ – CIHEAM), según SIMRA (Innovación Social en Áreas Rurales Marginales) o iSAGE (Innovación para la sostenibilidad de ovinos y caprinos en Europa.
El calendario online[enlinea] para saber qué artículos de etapa comer
Para aclarar qué es la soberanía alimentaria, nada mejor que requerir a las palabras del documentos del Foro para la Soberanía Alimentaria en Sélingué, celebrado en Malí en el año 2007 y bautizado como Nyéléni, en honor a una campesina maliana que trabajaba en el campo y alimentó a su poblado con cuidados, creación y sostenibilidad. La soberanía alimentaria se define según el el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de manera sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo.
Tal y según reza el documento, este principio ubica a aquellos que producen, distribuyen y consumen alimentos en el corazón de los sistemas y políticas alimentarias, por encima de las exigencias de los mercados y de las empresas. La soberanía alimentaria da preferencia a las economías locales y a los mercados locales y nacionales, y otorga el mando a los aldeanos y a la agricultura familiar, la pesca artesanal y el pastoreo tradicional, colocando la producción alimentaria, la repartición y el gasto sobre la base de la sostenibilidad medioambiental, general y económica.
Por otra parte, promueve el negocio transparente, que promete ingresos dignos para todos los pueblos, y los derechos de los usuarios para controlar aquello que se llevan a la boca, su procedencia y la aventura que tiene cada comida detrás. Además, una de las bases de la soberanía alimentaria es la igualdad: “garantiza que los derechos de entrada y a la gestion de nuestra tierra, de vuestros territorios, nuestras aguas, nuestras semillas, nuestro ganado y la biodiversidad, estén en garras de aquellos que producimos los alimentos. La soberanía alimentaría supone nuevas relaciones sociales libres de opresión y desigualdades entre los hombres y mujeres, pueblos, grupos raciales, clases sociales y generaciones”.
Lucía López Marco nos pinta una completa radiografía sobre el panorama español relativo a la soberanía alimentaria, donde acceder a recursos para informarnos y educar sobre ella, cuáles son los planes nacionales que brillan en este aspecto y qué decisiones pudimos tomar según consumidores.
- ¿Crees que a nivel general en España[pais] existe conciencia de la soberanía alimentaria, tanto la nacional según la de otros países?
No. Considero que la grande parte de la asociación española desconoce qué significa soberanía alimentaria. En otros países, según Bolivia, sí que existe una conciencia colectiva sobre la importancia de tener entrada a alimentos producidos de manera sostenible ambientalmente, locales y por presunto nutritivos, se entiende los alimentos según parte de la cultura, y por presunto se tiene más conciencia de la importancia que supone el tener derecho a decidir qué propio sistema alimentario y productivo se quiere. La filosofía del “Buen Vivir” no se entiende sin la soberanía alimentaria.
Sin embargo, en Europa, y particularmente en España, la mayoria de la gente desconoce de dónde provienen los alimentos, cómo se producen, qué incovenientes poseen quién los producen, etc… Son las enormes empresas quienes deciden nuestras políticas alimentarias. Nos han robado nuestra cultura alimentaria, inclusive el punto de que inclusive las recetas originales de vuestros artículos tipicos han desaparecido. Los sobaos pasiegos, por ejemplo, se hacen con leche de vacas de raza frisona, cuando su nacimiento está en la extraordinario calidad mantequera de la leche de las vacas pasiegas (hoy en grave riesgo de extinción), y lo idéntico pasa con los cerdos que se utilizan para proceder el jamón de Teruel o la morcilla de Burgos, por no conversar de la manera de crianza y la alimentación de esos cerdos… Nos han robado nuestra cultura agroalimentaria, ¿cómo va a existir así conciencia de proteger un modelo productivo y unas políticas alimentarias?
- ¿Cuáles son las superiores herramientas para educar acerca de ella?
El contacto directo con las granjas (y no me refiero a granjas-escuela, sino granjas reales donde su primordial ocupación es la producción alimentaria), sin sitio a indecisión me parece fundamental, la base de todo. Desde los colegios e institutos se debería tener contacto directo todos los años con gente que trabaja la agricultura y la ganadería, visitarles, descubrir todo el conciencia que hay detrás, toda la cultura, ver cómo se cría un cordero, o se cultiva un pimiento. Y al margen de los colegios y la educación reglada, debería promoverse desde las administraciones la visita a las granjas, el posibilitar la subasta directa poniendo a quienes producen en el mapa.
También me parece imprescindible proceder campañas publicitarias que informen de la importancia de la agroecología y la ganadería extensiva para nuestra sociedad, para nuestro medio rural, para vuestros ecosistemas… La gente debería ser consciente de que la gente que se dedica a la ganadería extensiva y la agricultura, son quienes mantienen vivos vuestros pueblos, quienes llevan siglos dibujando un paisaje, y que cuando abandonan la actividad, ese paisaje se pierde, y las casas de esos pueblos se caen, y ahí es donde está nuestra cultura. Cada vez que una granja cierra, una parte de nuestro patrimonio desaparece para siempre.
- ¿Qué vínculo pudimos establecer en la novedad soberanía alimentaria y cambio climático? ¿Es una de las superiores armas para luchar contra él?
Esta consulta es muy compleja. Si prestamos atención a la definición de soberanía alimentaria de la Vía Campesina, habla de “alimentos nutritivos y culturalmente adecuados, accesibles, producidos de manera sostenible y ecológica” (entendiendo ecológica según ambientalmente saludable, no que tengan el certificado ecológico). El incoveniente es que ahora muchos alimentos producidos localmente utilizan muchos insumos externos (por ejemplo la soja). Hay quién cree que solamente porque no se empleen agroquímicos ya es sostenible, y no es así, y ese es también el grán fallo de la producción con sello ecológico.
Sin embargo, si obedecemos estrictamente a la definición, y nos referimos a una producción en la que se utilizan recursos locales, sin insumos externos, entonces sí es más sostenible climáticamente, ya que, obviamente, en el instante en el que no importamos ni exportamos nada, la huella de carbono originada por el transporte de los alimentos disminuye. Por otró lado, al produce de manera sostenible, también hacemos referencia a un uso racional del agua. Pero desde mi punto de vista, lo más importante, y que hace que es definitivamente la clavé primordial para que el golpe climático sea menor, es que habla de alimentos “accesibles” y “sostenibles”, pero esa sostenibilidad no hace a la sostenibilidad ambiental (que viene especificada por el adjetivo “ecológicos”), sino una sostenibilidad económica y social, y para eso, lo que tenemos que proceder toda la población es modificar nuestro consumo.
En el instante en el que reducimos nuestro gasto de carne y la carne que consumimos realice de animales de ganadería extensiva de nuestra zona, esa huella se disminuye enormemente. Lo idéntico con la agricultura, al consumir frutas y verduras de variedades locales (están más adaptadas al propiedad y van a salir adelante más fácilmente), ¡de temporada!, producidas a reducida escala y combinando diferentes especies, también estamos ayudando a que el golpe climático sea menor, es más, es la mejor manera de adaptarnos a él. Así que en resumen, sí, creo que una de las superiores armas para mitigar el resultado del cambio climático, es la soberanía alimentaria.
- ¿Qué prácticas de gasto extensibles a cualquier individuo pueden proponerse para incentivar la soberanía alimentaria?
- Reducir el gasto de carne y que esta provenga de ganadería extensiva (¡ojo! ¡Reducir, no eliminar! En nuestra latitud, si eliminamos el gasto de carne, no tenemos suficientes recursos para alimentarnos exclusivamente de vegetales –elaborados de manera sostenible, claro está-, desaparecería nuestro medio rural –la ganadería extensiva es la ocupación que más población fija en las zonas campestres marginales en España-, y desaparecerían vuestros ecosistemas –sin ganadería extensiva ni hay dehesa, ni Pirineo, ni Picos de Europa, por ejemplo…-.
- Consumir alimentos de etapa y constantemente que sea probable de variedades/razas locales.
- Conocer cómo se producen los alimentos. No solamente los que consumimos. Es muy valioso intentar saber la manera de labor de otras granjas, porque si no, nos pueden decir que una manera de confección de un producto es sostenible y que no lo sea.
- Leer mucho. Hay publicaciones periódicas muy interesantes, según la Revista Soberanía Alimentaria, Biodiversidad y Culturas , o La Fertilidad de la Tierra.
- Intentar ver el planeta desde una expectativa global, es decir, aprender el “piensa globalmente, actúa localmente”, para todo en general, aunque quizás, la más fácil, aunque no nos lo parezca, sea la alimentación.
- No olvidar que “somos lo que comemos”. Los alimentos agroecológicos hay a quién le parece que son más caros. Habría que ver desde qué perspectiva, porque desde el punto de vista socio- sanitario, la agricultura industrial puede salirnos muy cara…
- Alimentarse es un acto político. Todo el planeta come, y en España[pais] tenemos el privilegio de mando hacerlo unas 3 veces al día. Comer es la accion que más resultados desencadena en nuestro entorno, teniendo repercusiones ambientales, sociales y económicas. Es valioso queseamos conscientes de ello.
- ¿Qué innovaciones tecnológicas de los años más actuales han contribuido o pueden
contribuir a incentivar prototipos basados en la soberanía alimentaria?
Las aplicaciones móviles: el mando poner en el mapa a una granja, y descubrir que tienes una a escasos kilómetros de vos vivienda me parece una grán revolución tecnológica que puede ayudar enormemente a romper esa brecha que existe entre producción y consumo.
- ¿Puedes aportarnos algún ejemplo, a vos juicio, significativo, de planes españoles que en los últimos años hayan abogado por la soberanía alimentaria, la sostenibilidad y el gasto local y de proximidad?
- El plan ‘Dinamización de iniciativas alimentarias sostenibles y locales en el Pirineo y Somontano Aragonés: Mincha d’aquí’ . Este plan ha creado una red que aglutina las diferentes iniciativas agroalimentarias locales y sostenibles de la cadena con el objetivo ultimo de contribuir a la sostenibilidad integral del propiedad mediante acciones que permitan conservar los ecosistemas de estas zonas desfavorecidas, estimulando la población residente y su economia local; contribuyendo al cambio del sistema agroalimentario nuevo promoviendo la soberanía alimentaria.
- BBBFarming: es una plataforma online[enlinea] para la promoción y la formación al servicio de la agroecología, el gasto responsable, la soberanía alimentaria y la adaptación social.
- Los Apisquillos: Cooperativa situada en la Sierra de Madrid que aboga por la economia comunal y cuya ocupación primordial es la ganadería extensiva. Tienen un rebaño compuesto por ovejas y cabras de razas autóctonas. Cultivan artos huertos, ademas de criar también conejos y gallinas, ya que su objetivo es ser autosuficientes.
Imagen de portada | Alexandr Podvalny
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